Otro disco en directo de Iron Maiden, sí. Muchos se preguntan si es necesario, mientras a otros muchos amantes del grupo británico (entre los que me incluyo) les gustaría tener un recuerdo así, casi, de cada gira. En cualquier caso estamos en pleno 2017 y nuestros chicos rondan los 60 años, por tanto nadie espera que tengan la energía que tenían en sus comienzos ni que Bruce cante como en el ´82, pero aun así este disco es una muestra de que Iron Maiden es la banda más en forma de todas las que rondan su longevidad, incluso por encima de bandas con 10 y hasta 15 años menos.
No quiero analizar lo que me transmite cada tema individualmente, ni explicar cada uno de sus matices porque estoy demasiado enfermo y aburriría al fan más acérrimo, pero sí que me gustaría destacar aspectos generales como por ejemplo la interpretación de la banda. Es verdad que quizá este sea el directo oficial donde más notamos la edad en la voz de Bruce (obvio), pero es de admirar cómo, a pesar de no tener el fuelle que tenía en los 90s, es capaz de llegar a las notas que pide cada canción con un dramatismo que va creciendo con el paso de los años. Tenemos buena muestra de ello, por ejemplo, en temas como Children Of The Damned, The Red And The Black o The Great Unknown. Del resto de músicos qué puedo decir… Todos mantienen el gran nivel de los últimos años, que no es decir poco. Eso sí, en cuanto a los guitarras, es notable como Adrian Smith ha ido ganando cada vez más peso desde su regreso y si en la época del Brave New World su comportamiento era más como el de un recién llegado, desde entonces ha ido comiendo terreno, recuperando algunos de sus “solos”, sacándose de la chistera una nueva armonía para el riff melódico de The Trooper, o simplemente improvisando adornos para enriquecer el directo.
En cuanto al sonido he de decir que me ha ido ganando con las escuchas, y si al principio me sonaba un poco “seco” el bombo de Nicko, ahora todo me suena espectacular (hasta me parece que las guitarras están un poco más altas que en cualquiera de sus últimos discos en directo, quizá sea solo una sensación). Así que no tengo más que felicitar a Tony Newton y Steve Harris por ese sonido tan “de verdad” que nos transporta muy fidedignamente a un show en vivo de nuestra querida “Doncella de Hierro”.
Quizá como punto negativo tengo que decir que me hubiera gustado que incluyeran Tears Of A Clown para completar este Live Chapter, y si me apuras Hallowed Be Thy Name, pero parece ser que sólo han decido incluir el set que interpretaron en la segunda parte del The Book of Souls World Tour, algo parecido a lo que hicieron en Flight 666, aunque aquella vez optaron por la primera parte de aquel maravilloso tour.
Sí es cierto que debido a que Iron Maiden tiene muchos (y buenos) directos editados, no recomendaría este como su primera incursión a Iron Maiden en vivo a alguien que no sea fan o que no haya, por lo menos, vivido de primera mano algún concierto de la gira de The Book Of Souls. Lo que está claro es que The Book Of Souls Live Chapter es una muestra de honestidad de lo que una banda ofrece en directo y cómo lo plasma en un disco, sin trampa ni cartón. Muy pocos pueden decir esto sin sonrojarse.
Álex 5erna
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