Articulos y Crónicas

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[CRÓNICA] Iron Maiden + The raven age. Fort Lauderdale. 24/02/16

Dieciocho meses han pasado desde la última vez que pude disfrutar de Iron Maiden en directo. Para muchos será innecesario volver a verlos para otros es un modo de vida, y entre estos últimos, me encuentro yo, y además, orgulloso de ello.

Esta vez, el lugar elegido para empezar la gira era el lugar donde acabaron la gira del 2009, Fort Lauderdale, en Florida, relativamente cerca de Miami.

Sin embargo, no todo son florituras. Para ser el primer concierto de la gira, se esperaba que todo fuera rodado, no obstante, estamos hablando de Iron Maiden, no de una banda de cualquiera. Sin embargo, a nivel de la organización, fue un pequeño desastre, bueno, de pequeño nada, al menos en lo que se refiere a la entrada del público, pues se tuvieron que hacer tres filas diferentes, con lo que se montó un pequeño caos, no por las filas en sí, sino por el sistema de entrada.

Una de las filas era de la fiesta pre-concierto referida a la cerveza Trooper. Fiesta que para acceder a la misma era necesario haber pagado, aparte de tu correspondiente entrada al concierto, la friolera de 195 dólares, con los que tenías derecho a dos cervezas y una bolsa de merchandising variado en torno a la ya famosa cerveza.

Otra de las filas era la del público en general, y por último, en la que yo tenía el placer de estar, era la del First To The Barrier, supuestamente con la que entras antes y si tienes suerte, coges primera fila.

En un principio no tenía que haber ningún problema, pero gracias al sistema de paperless, es decir, entrar al concierto sin entrada, simplemente usando la tarjeta de crédito, dándote luego un ticket a modo de entrada como el de la compra, se volvió un caos, no llegando a funcionar la mayoría de las tarjetas de crédito, independientemente de si eras americano o de cualquier otro lugar, con lo que imaginaros el pitote que se formó. Si a eso se añade que había que pasar controles dignos de un aeropuerto, con arcos de detección de metales y sugiriéndote que sacases todas las cosas de los bolsillos, pasando además por un detector de metales, la cosa no podía haber salido más desastrosa. También hay que sumar que las puertas se abrieron con retraso. Ignoro si fue culpa del promotor, del pabellón o de quién, pero la situación por dejarlo en términos light, fue un tanto caótica. Tanto fue así, que al inicio del concierto, apenas había un diez por cierto del público en el interior del pabellón.

Por otro lado, hay que apuntar que se supone que las personas que compran la entrada a la fiesta de la cerveza Trooper, no tienen derecho al First To The Barrier, pero cual fue la sorpresa cuando allí estaban  ya colocados cuando entró la gente a la que de verdad les tocó el sorteo.

En fin, corramos un tupido velo y vayamos a lo que de verdad importa, y a partir de aquí, el que no quiera saber qué pasó, directamente que deje de leer. Vaya por delante que esto no es una crónica, sino simplemente un desglose de temas y unas impresiones personales.

Merchandising. Para no variar, multitud de camisetas, con event shirt de la fecha de Florida, y también para no variar, precios astronómicos, no valiendo menos de 40 dólares cada una, incluso el hoddie costaba 100 dólares. Esto cada vez está más desvariado.  No quiero ni pensar los precios cuando lleguen a Europa, pero ir preparando el bolsillo, supongo que se limitarán a cambiar el símbolo del dólar por el del euro, otra cosa me parecería una sorpresa. Aunque esto es como todo, nadie te obliga. Es verdad que este año llevan diseños más atractivos que otros años, y también esa combinación de diseños clásicos que no me llaman en absoluto, pero eso ya va en gustos.

El pabellón creo que es de unas catorce mil personas, y según me dijo uno de los de seguridad, nunca lo había visto lleno, y para ser sinceros, en esta ocasión, diría que tampoco estaba lleno, al menos no se veía lleno a rebosar, puede que se vendiera todo el papel, de hecho, así estaba anunciado, pero también es cierto que había sitios en la grada vacíos. Yo prefiero pensar que esos sitios fueron de gente que se pudo “colar” en la pista, cosa no tan sencilla por esas latitudes.

Mientras esperaba el comienzo del concierto, se podía adivinar que, como yo esperaba, y con todo el respeto para todo el mundo que tenía esperanzas de otra cosa, sorpresas pocas al nivel de escenario. De hecho, ninguna en cuanto la estructura, es más, era el mismo escenario que la gira de The Final Frontier, pero cambiando las torres traseras situadas en los laterales por algo parecido pero con símbolos mayas, algo que por otro lado, le daba un aspecto más aparente que aquellas torres que parecían cuatro hierros mal puestos. Lo que si cambiaba es el juego de luces del techo, pues en esta ocasión, había un círculo del que salían como nueve barras de luces, que si queréis, podía simbolizar una especie de sol, jugando todo con el tema de los mayas.

A las 19:50, como un reloj, salieron a escena The raven age, la banda que será la telonera en esta gira de la doncella.. La verdad, poco puedo decir de este grupo. No voy a entrar en quien es el componente de la banda familiar de Harris ni cosas de esas. Los teloneros de Maiden desde hace diez años, seguramente más, son algo con lo que no puedo comulgar.

Los chicos salieron ante la audiencia más grande que probablemente hayan  tenido nunca, y para ser sinceros, no voy a decir que lo hicieran mal, a mí no me disgustaron, si bien no es mi estilo, aunque tampoco me volvieron loco, ni mucho menos. Pero también es verdad que no son nada del otro mundo. No tienen un tema que sobresalga de los demás, o al menos no de los que hacen directo, y sinceramente, me parecieron mucho mejores cuando telonearon a British Lion, pareciéndome en aquella ocasión mucho más crudos y directos. De hecho, diría que el cantante en esta ocasión, estaba un tanto nervioso y creo que no llegaron a conectar en ningún momento con el público. Aunque no os voy a engañar, puede que lo hicieran, pero yo estaba deseando que acabaran para que Maiden empezaran.

Cuarenta minutos duró su actuación, e insisto, no puedo decir que se me hicieran largos, lo que si se hizo larga fue la espera hasta que el Doctor doctor empezó a sonar. Pero tras casi una hora de espera, 54 minutos exactamente, no sé si alguna vez he esperado tanto entre el telonero y Maiden, las luces se apagaron y empezó a sonar la intro que aún me sigue poniendo los pelos de punta, porque señores, el día que eso no pase cuando el Doctor Doctor suene previamente a Maiden, será el momento de dejarlo.

Con las luces apagadas, se iluminaron las pantallas de vídeo, y esta vez tenían que sorprender mostrando algo novedoso, pues la intro del video de la gira del Maiden England ya no iban a usarla, ni tampoco la del Final Frontier. Y sí. Para mí, sinceramente se lo curraron.

El vídeo es una animación recreada en la selva, en la que te vas adentrando con símbolos mayas de advertencia representados por Eddie tal como viene en el nuevo álbum The Book Of Souls, al mismo tiempo, el humo se va apoderando de la estructura del escenario sin que se llegue a cubrir por completo, algo por otro lado que se agradece. En un momento dado, se ve un avión, el Ed Force One que ha sufrido un accidente y está enredado entre las ramas y lianas de la jungla, y de pronto, una mano surge de la tierra, coge el avión y lo impulsa hacia adelante. El Ed Force One acaba de llegar a tu ciudad. Es en ese momento las pantallas se apagan y se ilumina el escenario, pero solo un punto de luz.

Comienza entonces la intro de If Eternity Should Fail. Por primera vez, es Bruce Dickinson el que aparece primero en el escenario, de pie tras un pequeño tótem  maya con una llama y recitando la intro del tema que ya nos sabemos de memoria. No voy a engañaros. Su aspecto era un tanto lamentable, no me refiero a que esté mal físicamente, pero, aún a sabiendas de que su imagen lleva mucho tiempo sin ser la más heavy de la escena, en esta ocasión rizó el rizo al salir con un hoodie de la banda telonera, capucha incluida y enfundada, pero bueno, prefiero no adentrarme en su aspecto físico. Nada más acabar esa intro, explosión con pirotecnia y el resto de la banda saltó al escenario arropados con un telón (cosa que tampoco ha variado a nivel de estructura de escenario), con un pirámide maya como principal protagonista.

¿Cómo describir ese momento? Pues no se puede. O al menos yo no puedo. Desde el anuncio del cáncer de Bruce Dickinson, afortunadamente recuperado, todos teníamos dudas sobre cómo reaccionaría en el escenario sobre todo a nivel de voz. Sin embargo, las primeras sensaciones eran muy positivas, pues Bruce, tras la intro del tema, saltó como un perro rabioso demostrando que sigue ahí con todas las ganas del mundo. Volver a verle encima de las tablas, y en el estado en el que se le veía, es algo que no voy a negar que emociona, y eso sin hablar del resto de la banda, pero reconozcámoslo, después de lo sucedido, el realmente esperado era Bruce Dickinson.

El recibimiento no pudo ser más apabullante, al menos en las primeras filas, porque, para qué vamos a engañarnos, el público norteamericano tampoco es que se deje el alma.

El resto de la banda se situó en sus posiciones habituales, según miras al escenario, Gers a la derecha, con Adrian y Dave a la izquierda y Steve, afortunadamente, en todas partes. Un Nicko, si cabe, más simpático y receptivo que otras veces, no dejaba de asomarse tras la tarima de su nueva batería también decorada con símbolos mayas. El tío irradiaba felicidad.

Tras el primer tema, siguieron con lo que es el single de The Book Of Souls, seguramente la canción más floja del disco, Speed Of Light, que por primera vez sonó atronadora, sí, es cierto que es la primera vez que sonaba en directo, pero así es como sonó. El telón fue el mismo de la pirámide maya.

Los dos primeros temas que habían sonado, eran del último disco, demostrando una vez más que la banda apuesta por su material nuevo, como siempre ha hecho y como tiene que ser, de otra manera, para qué sacas un disco. La pena es que no lo tocaron entero.

Entonces sucedió una novedad en los conciertos de Maiden. Normalmente Bruce espera hasta el quinto o sexto tema para dar su primer, digamos… discurso, sin embargo, en esta ocasión, para el tercer tema, detuvo la maquinaria y presentó Children Of The Damned. Está claro que ahora tiene que descansar más la voz, y si el resultado es el demostrado, bienvenido sea.  En los mentideros ya se decía que la iban a tocar, pero agarrarse a eso de poco valía si luego no sucedía de verdad. Emoción es poca la que se sintió durante la interpretación. Y eso que no se trataba de una sorpresa real, pero qué ganas se tenía de esta canción. El telón seguía siendo el de la pirámide.

Cabe destacar que durante estos tres primeros temas, Harris, normalmente fijo en una mitad del escenario para luego cambiar a la otra mitad en el siguiente tema, no paró un momento  de un lado a otro, viéndose en sus gestos que estaba disfrutando a tope, más de lo habitual. Y no es de extrañar, pues es un animal de escenario como pocos, y se puede decir que tenía tanto mono de concierto como cualquiera de los fans que tenía enfrente. Y es que este hombre por fortuna es único.

Con un cambio de telón representado por símbolos mayas y tres cartas de la baraja, siendo cada una de ellas, un Eddie como rey, un payaso como as y un chamán maya como dama, presentó Tears Of A Clown, que pese a no volverme loco, la verdad es que se me hizo muy corta, pero que yo hubiera desechado del setlist intercambiándola por alguna otra de los temas nuevos y que desafortunadamente no sonaron, pero como a mí no me preguntan a la hora del set, pues qué le vamos a hacer. La respuesta del público, aunque buena, es verdad que no fue la bomba.

Todo lo contrario sucedió con la siguiente. The Red And The Black, la canción que con sus coros está más hecha para el directo. El telón también cambió, en este caso, con uno negro con el símbolo maya del círculo que aparece en el disco. Durante este tema, sonó el primer “Scream for me” de la noche, lanzado con una rabia sin igual, y contestado por todo el pabellón de manera estremecedora.

La siguiente fue un clásico. The Trooper. De nuevo enfundado con su eterna casaca roja, volvió a desbocarse del escenario, si bien, esta vez se lo tomó con más calma, pues no se acercó a los dos laterales del escenario ni jugó con las dos banderas., pese a que ambas estaban en el escenario. Se entretuvo con una sola y no plantó ni una ni otra a modo de pica. Por supuesto, aunque para mí lo podía suprimir, volvió a tontear con la bandera en la cabeza de Janick.

A continuación siguieron con una de las sorpresas de la noche, un Powerslave para mi totalmente inesperado y felizmente recibido. Telón con un chamán maya como protagonista, y el chaleco del tema que ya se ha enfundado en otras ocasiones, pero esta vez sin la máscara de turno. El “Scream for me” apareció en dos momentos diferentes durante el tema. Los pelos se te ponen como escarpias cuando lo escuchas, y que siga pasando. Dickinson también  jugó con las cuerdas que a la postre estaban colgadas como atrezzo del escenario en los laterales, las cuales, para qué engañarnos, no daban  mucha seguridad.

Sin presentación previa y con un telón en el que delante de una pirámide aparece Eddie mostrándonos el corazón en la mano, el diseño que por otro lado sea la portada más deseada en lugar de la que finalmente se eligió para el nuevo disco, se lanzaron a por el tema más directo de su última obra. Death Or Glory pasó como un vendaval. Bruce, para aclimatarse un poco, se quedó en camiseta. Los temas se me pasaban tan rápido que casi me parecían un medley.

Una de las más esperadas fue The Book Of Souls, con ese dibujo de Eddie con el taparrabos sobre fondo azul que parece que se acerca a ti sin remisión y con no muy buenas intenciones. También fue presentada por Bruce, el cual recuperó el hoodie con capucha, y como novedad, hizo uso de una botella de agua que había en el escenario. Si, señores, es humano. Es la primera vez que veo que bebe agua delante de la audiencia, normalmente siempre lo hace tras el escenario. En este tema, salió Eddie en su paseo habitual, y salió además durante un tiempo mucho más alargado que en otras ocasiones. El Eddie es más pequeño de altura que el general de la unión de otras ocasiones, y tiene algo más de movilidad, pero sinceramente, se podía ahorrar los gestos que hace levantando el dedo corazón, la verdad es que no vienen a cuento. El Eddie caminante, lleva mucho tiempo haciéndolo así, pero qué queréis que os diga, a mí no me hace gracia. Que tontee con Janick y se pasee por el escenario vale, pero ya está. Aquí también hubo pirotecnia.

Tras ese emblema del nuevo disco, Bruce, con una camiseta marrón y una horca alrededor de su cuello, tras la tarima de la batería, con el telón de la pirámide maya y un tótem con ojos y boca iluminados en rojo, comenzó con ese tema que tanto hemos añorado durante tres años y que no entiendo cómo se puede sacar del setlist, me refiero por supuesto a Hallowed Be Thy Name. El pabellón se caía. De nuevo era más que emocionante ver cómo volvía al setlist, aunque no os voy a engañar. Yo esperaba que fuera el tema que cerrara el concierto, pero mientras lo toquen, me parece bien, bueno, ni que mi opinión contara... Ni que decir tiene que el “Scream for  me” en este tema fue de lo más grande. Esta vez hizo el recorrido completo paseándose por los dos laterales.

Si hasta ahora habíamos llegado al máximo, llegó el momento del bajón, que sí, que a muchos les gustará, pero se podían meter Fear Of The Dark en el agujero del chamán maya donde nunca le da el sol. El telón de este tema fue de nuevo el genérico de la pirámide. Bruce debió ver a la gente algo quieta, pues animó sobremanera para que se gritará aún más en los coros. A ver si hay suerte y ve que no hay tanta emoción con esta canción y la suprimen. No me lo creo ni en sueños….

Y si han tocado Fear Of The Dark, la siguiente ya se sabe cual iba a ser. Efectivamente, el tema Iron Maiden  iba a poner el punto y final al set normal a falta de los bises. El telón en esta ocasión era un paisaje de montaña en el que el protagonista a final del tema sería un hinchable con la cabeza del Eddie de la portada de The Book Of Souls. En la despedida antes de los bises se acordó de las diferentes nacionalidades del público asistente, nombrando también a España, algo que otras veces, la mayoría, no hace, pero esta vez sí que se fijó en mi bandera en la primera fila, o al menos yo lo quiero pensar así, que al fin y al cabo, soy yo el que escribe.

No tardaron mucho en volver y lo hicieron como era normal, con The Number Of The Beast con un telón con símbolos de llamas y un carnero en el lateral de un tamaño mucho mayor que en otras ocasiones. Esta vez no era una figura, sino que se trataba de un muñeco inflable que impresionaba bastante. Aquí, pirotecnia para aburrir. También hay que señalar que a Bruce se le empezaba a ver cansadete.

Parón para un nuevo discurso de Bruce en el que arremetió contra ticketmaster por los problemas de la entrada del público, y después nos dedicó la siguiente canción, alabando a los fans de Iron Maiden, tan denostados muchísimas veces por los seguidores de otras bandas, pero como dice Óscar de Lujuria, joda a quien joda, aquí estamos, y sobre todo estaremos. Blood brothers fue el tema que presentó, el más entrañable y de los más emocionantes que tienen en el repertorio. De fondo, un telón a oscuras con estrellas y el círculo de luces del escenario iluminado con la cabeza de Eddie en la portada de The Book Of Souls. El que no se emocione con este tema, pues eso…

Me hubiera gustado decir que aún quedaban muchos más temas, pero no. Un último cambio de telón, ese en el que aparecen todos los Eddies juntos y revueltos como en una mala caricatura sobre fondo azul con el círculo del juego de luces y la cabeza de Eddie, y los acordes de Wasted Years era lo último que iba a sonar esta noche. Esta canción también fue, al menos para mí, totalmente inesperada, pero fantásticamente recibida. Un intercambio en la posición con Hallowed Be Thy Name hubiera sido glorioso.

A nivel de sonido, se puede decir que estuvieron bastante notables, respecto a las luces, no voy a decir que fuera pobre, pero esperaba un poco más, también es verdad que desde primera fila no se puede apreciar todo en su conjunto, aunque la verdad es que esperaba que el juego de luminotecnia bajara en algunos de los temas y hubiera alguna cosa más, quizá algún juego de láser u otra virguería.

Lamentablemente como digo, era el último tema, y mentiría si dijera que despedía a la banda con lágrimas en los ojos, pues no fue así, pero si realmente estaba orgulloso y emocionado de lo visto en el escenario. Me río de todos esos que dicen que ya no transmiten nada y blá, blá, blá. Pero muchos de esos son los que luego se compran la entrada. Pues ya saben… con dos piedras.

Maiden son un grupo de seis personas, me refiero a los músicos, que sin tener nada que demostrar a nadie, siguen disfrutando en el escenario y transmitiendo. Si, señores, transmitiendo de verdad. Hubo muchas miradas cómplices entre los distintos miembros de la banda, quizá el más serio fue Adrian, pero ver a Dave y Steve no parar de sonreír, además de éste último cantar como siempre hace, y que dure, y la rabia, aunque algo controlada de Bruce. Están ahí por lo que están, no me voy a engañar, pero a pesar de todo, se dejan el alma, y el que quiera ver otra cosa, que lo vea, que ya se sabe que las opiniones son como los culos. Todo el mundo tiene una.


También es verdad que solo tocaron quince temas, pero hay que ver la duración de los mismos, y que al fin y al cabo, el show duró una hora y cincuenta minutos, algo más del minutaje que duraba el último tour. No es el setlist perfecto, nunca lo será, pero sí que es muy eficiente y dinámico, los temas, pese a su duración se te pasan volando. Esperemos que no les dé por cambiar Childen Of The Damned o Powerslave por Wrathchild, sería una tremenda decepción que no es la primera vez que sucede. Se confirmará en las siguientes fechas hasta que asienten el setlist. Hay comunión con el público y disfrutan y nos hacen disfrutar. Esto se puede acabar mañana mismo, así es que por lo que a mí respecta, yo seguiré viviendo cada concierto como si fuera el primero y a la vez el último.

Up The Irons!!!!!!

Setlist:
1.- If Eternity Sould Fail
2.- Speed Of Light
3.- Children Of The Damned
4.- Tears Of A Clown
5.- The Red And The Black
6.- The Trooper
7.- Powerslave
8.- Death Or Glory
9.- The Book Of Souls
10.- Hallowed Be Thy Name
11.- Fear Of The Dark
12.- Iron Maiden
Bises:
13.- The Number Of The Beast
14.- Blood Brothers
15. Wasted Years

Para los que queráis descargar la crónica en un fabuloso PDF con fotos a todo color, podeís hacerlo aquí:


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Crónica: Fernando (Lord Of  The Flights)
Fotografías: Iron Maiden (John McMurtrie)
Maquetación en PDF: Akirant.

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1 comentario:

  1. has visto muchas veces a Maiden, pero decir que speed of light es la canción mas floja del disco, me pone en duda ,cuantas veces les escuchas.

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